una carta en otoño…

 

 

Villa Piolín, 15 de Marzo de 19…

 

 

 

      Amiga querida, Estelita, ¡si supiera por donde empezar!. Comienzo por decirte que los acentos de mi vieja y querida Remington, sobreviviente de revoluciones, desastres historicos y requisas partisanas…no funcionan; en cierto modo, me han dado un descanso y te escribo asi, como sale.

     ¿Cuando volves? ¿Otro congreso mas en el camino, otro viaje de investigacion cientifika a Chascomus?. Pero no lo tomes como un reproche, son tonteras que me lleva a escribir la tristeza, la desolacion en que me encuentro en este domingo melancolico, mateando sola entre los malvones del patio…

     Estelita, ¡Andrei me dejo!.Andrei, y con el, todos nuestros sueños y proyectos.

¡Si hasta tengo que buscarme una nueva pareja para el twist y el cha cha cha!. Pero eso no es lo peor…¿como podre llevar adelante mi correo sentimental en la «Moderna Mujer»?

    Estelita, ¡mañana debo estar en la redaccion a las ocho de la mañana, me esperan decenas de cartas de lektoras, a cual mas atormentada por las mismas penas que yo!. Y yo, ¿que se del amor?. Evidentemente, nada, si no, no hubiera perdido a Andrei; menos que menos, en manos de una perfida condesa millonaria (¿sera por e$o?). ¡Ojala se les hunda ese horrible yate en el Mediterraneo!. Lo se, soy demasiado confiada, pero el hecho es que el chanta de Andrei dejo -como si todo lo demas fuera poco- un monton de cuentas impagas…¡Y yo que pienso «dar consejos»!. Lo peor, lo peor de todo, soy yo misma, Estela: sin un mango, sola y abandonada, ¡si por lo menos estuviera anclada en Paris en lugar de sufrir esta triste ciudad de corazones impiadosos y basura amontonada!

   Dame fuerzas, Estelucha… mi vida sentimental es un fracaso completo, siento que la cordura me abandona … aunque no tanto como el boludo de Andrei, que ojala se pegue una flor de insolacion en Niza. 

   Estelita, ¿cuando volves?. ¡Mi vida es un desastre!. Como sea, alli estare…mañana a las ocho, ¡firme junto al pueblo femenino!

 

 

Tu amiga a la distancia, Princesa Garcia.

 

 

 

P.S: ¡Que torpe!; no te pregunte por el Dr. Moreau… ¿concretaron?.